10 de marzo de 2011

LA PRINCESA ENCERRADA

Érase una vez, hace muchísimos años, que en un bosque había un castillo en el que decían que vivía una princesa llamada Yasmín que estaba encerrada.
Y todos se comunicaban con ella por carta. Las cartas que les escribían sus familiares se las daba un cartero llamado Jaime, que siempre iba con su uniforme y una bandolera donde llevaba las cartas para la princesa.
De pronto le entró la intriga de ¿por qué no podía salir la princesa de ese castillo?
Un día, cuando fue a llevarle unas cartas, se paró a hablar con ella y le preguntó:
-Princesa Yasmín, ¿por qué no puedes salir de este castillo?
Y ella le explicó su historia:
-Hace unos años vivía con mis padres en un gran palacio a las afueras de Galicia, y tocaron a la puerta, abrí y era el brujo Maison, me dijo que si no le entregaba las coronas de mis padres para apoderarse de Galicia, me pasaría una cosa terrible. Yo, como de costumbre, no le creí y al cabo de tres semanas, estaba por la calle paseando para ir a unas ofertas de una boutique, y me cogió un hombre con la cara cubierta y ropas deshilachadas y me llevó al castillo, me encerró, me dio ropa, comida y agua y preparó un hechizo para que nadie pudiera rescatarme. Pero mi abuela sabe un poco sobre brujería y me mandó una carta diciéndome que solo se puede deshacer el hechizo de una forma.
-¿Cuál? -dijo Jaime.
La princesa le respondió:
-En la cascada azul del bosque tiene que haber una piedra brillante en el río. Cógela, métela en el hueco de la cascada y se abrirá una puerta sobre ella, entras y ahí estará la llave.
El cartero sorprendido dijo:
-Pero, princesa Yasmin, ¿dónde está esa llamada cascada azul?
-Sigue tu corazón y la encontrarás -dijo la princesa Yasmin.
El cartero se adentró en el bosque inmenso y frondoso.
A lo lejos divisó un tramo azul, se acercó y era la cascada, buscó la piedra brillantte. Le costó un poco, pero lo consiguió al cabo de media hora.
Metió la piedra en el hueco y se abrió la puerta, entró y cogió la llave, fue al castillo, intentó abrir pero no pudo.
Jaime le dijo a la princesa que no podía abrir y la princesa le dijo que tenía que abrir un animal inteligente.
Jaime buscó por todo el bosque y encontró a un mono, cogió un plátano que tenía en su fiambrera y el mono siguió a Jaime. Llegaron al castillo. Jaime le dio la llave al mono y le dijo:
-Abre y te daré el plátano.
El mono abrió para recibir su premio y la princesa corrió hacia afuera y abrazó a Jaime.
La princesa le dio las gracias a Jaime y el mono le ayudó a los dos a salir del bosque.
Fueron al castillo de Yasmín y ella le explicó lo sucedido a su padre, el rey. El rey le dijo a su hija que se tenía que casar con Jaime, su salvador, y así fue: la princesa se casó con Jaime y los dos fueron muy felices.

SER O NO SER CABALLERO

Había una vez hace muchos años unos niños: uno se se llamaba Morgón y el otro se llamaba Rómulo.
Morgón era un campesino muy pobre, le gustaba robarle a los ricos y tirarles fruta. Además era ágil, valiente y muy torpe.
Rómulo era otro pobre campesino tonto, loco, juguetón y travieso; además era el mejor amigo de Morgón.

Morgón siempre había querido ser caballero y Rómulo siempre había querido ser el escudero de su amigo.

Un día, mientras jugaban a ser caballeros, Morgón tropezó con una cajita y como era muy curioso la abrió y de ella apareció un ratón o más bien un murciélago. Como no sabían bien lo que era lo llamaron Ratobat. Ratobat hizo aparecer por arte de magia un mapa.

1. Bosque encantado (donde vive la bruja tonta).
2. Lago de los ñam ñam.
3. Cueva del dragón resfriado.
4. Arco de Camelot.

Ratobat les dijo que si querían ser caballeros y escuderos tenían
que pasar esas cosas tan raras.
Los muchachos asintieron con la cabeza.
El Ratobat les indicó el camino.
Se fueron. Su primera parada fue en el bosque encantado, y nada más poner un pie allí la bruja apareció y los convirtió en Ratobat y los encerró en su sucia y maloliente casa sin escapatoria. En ese momento Ratobat les enseñó a excavar y lograron salir, pero seguían convertidos en Ratobat. ¿Cómo podrían volver a su forma normal? La única que les podía convertir en humanos era la bruja, así que con el corazón en la garganta se fueron a la casa de la bruja. Cuando estuvieron dentro, Rómulo la retó a una prueba de tonterías y ganaron; así que volvió a convertirlos en humanos.

Cuando llegaron al lago de los ñam ñam no había nadie; todos estaban en el dentista.

Lo mismo ocurrió en la cueva del dragón; estaba en el médico.

La siguiente prueba era sacar el arco de Camelot. Cuando llegaron, Ratobat los detuvo y dijo que no hacía falta el arco porque ya habían pasado las pruebas. Entonces se fueron al pueblo para celebrarlo y allí los reyes no se lo creían. Pero tenían un testigo, Ratobat; así que sin más demora los coronaron caballeros.

El obsesionado.

Me llamo Laura y soy la hermana pequeña del obsesionado, es decir, mi hermano. Mi hermano es un friki de la informática, se pasa el día en el ordenador, haciendo programas. Cree que es un genio de los ordenadores, pero no es así. El obsesionado se llama Victor. Su último juego son dos cuadraditos moviéndose y pegándose cuadradazos.
Bien pues estoy escribiendo este diario digital que ha hecho mi hermano, porque programaba un juego en el que poner tu imagen, cuando el juego nos absorbió a los dos. El friki necesita unos potenciadores de tres voltios, una pantalla de alta definición y un teclado.

Pues yo he salido a buscarlos mientras él va intentando programar.
El teclado está en ese árbol de ahí, la pantalla en la cueva del otro lado del río y los potenciadores en las rocas. Pues bien, yo los voy a recuperar.
Subí al árbol y me dirigí a las rocas. Cogí el potenciador y me fui a la cabaña. Mi hermano empezó a programar.