Mi amiga Desi y yo fuimos a una feria pequeña. Ella se dio cuenta de que había una enorme caravana. Tocamos a la puerta. Abrió la puerta una anciana y nos preguntó qué queríamos. Le dijimos que si podiamos pasar porque estaba lloviendo mucho. Ella dijo que sí. Yo no estaba muy convencida de entrar en la caravana, pero al cabo de un tiempo la anciana se tuvo que ir a ver a su hijo que estaba estudiando en una universidad de Alemania. Ella nos pidió que si podíamos quedarnos con la caravana. Nosotras nos lo pensamos porque era una gran responsabilidad, pero le dijimos que sí.
Nos divertíamos mucho en esa caravana; tenia tele y radio. ¡Nos lo pasábamos en grande!
Elaborado por Arantxa
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