Yo cuando tenía dos años en mi casa tenía un pastor alemán, a mi siempre me gustaba mucho jugar con mi perro.
Un día tenía mucha hambre y como veía a mi perro comer cogí de su comida y me la comí. A la noche no quería comer y mis padres lo dejaron pasar.
Luego, al día siguiente, me vieron comer comida de perros y desde entonces lo le dan pienso al perro y le dan carne.
Elaborado por Andrea Molina
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