Cuál fue la sorpresa de mi tío al cogerla que no ponía Babaria sino funeraria, con lo cual se llevó un susto que terminó mal: mi tío se cabreó porque no le gustaba el tema.
Después mi tito fue todo el camino vomitando y nosotros cada vez que nos acordábamos nos partíamos de risa. Desde entonces mi tito ha aborrecido los productos de la marca Babaria porque nos reíamos de él.
Elaborado por Inés
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