28 de septiembre de 2010

El baño con la tortuga

El primer día que estaba puesta la piscina, decidí meterme y refrescarme porque hacía mucho calor. Estaba bañándome cuando mi madre metió mi tortuga en la piscina sin que me diera cuenta.
Yo estaba jugueteando tranquilamente cuando noté un roce. Me asusté. Le dije a mi madre que había algo en la piscina, y ella me dijo que no sabía lo que era y me sugirió que con mis gafas de bucear me metiese debajo del agua y lo averiguase. Y así lo hice. Me coloqué mis gafas,  cogí aire y me sumergí. Pues bien, al ver que era mi tortuga me llevé un gran alivio. Y le pregunté a mi madre si ella había metido a la tortuga en la piscina, pero ella dijo que no. Me quede mirándola un segundo y acto seguido le dio la risa floja.
Por el contrario le dije a mi madre que no sacara la tortuga y el resto del baño estuve mirando la tortuga debajo del agua. Cuando salí le metí una tortuga de juguete e intentó morderla.
Después de 5 minutos intentando sacar la tortuga, la metimos en su confortable charca, rodeada de plantas y con su cueva en el jardín donde pasó felizmente el verano.
Elaborado por: Ana

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